A diferencia de los terceros molares, el segundo molar siempre se planificará para que sea un diente que participe en el engranaje oclusal. Basándonos en este principio, debemos buscar siempre un buen engranaje de estos dientes en nuestros tratamientos.
Lo que más preocupa son los segundos molares superiores por la curvatura convexa que tenemos hacia el plano oclusal del arco superior. Debido a su participación en la curvatura posterior de la arcada, los segundos molares se encontrarán naturalmente disto angulados.
Así que, debido a esta disto angulación, provocará, en la mayoría de los casos, algún cambio vertical cuando alineemos estos dientes al arco recto. La tendencia al colocar un arco recto, es que siga el mismo patrón de posicionamiento que el primer molar.
Lo que se produce es una corrección de esta disto angulación creando un vector extrusivo en el segundo molar. Esto es lo que debemos tener en cuenta ya que repercutirá en la cuestión vertical del paciente.
El componente de maloclusión vertical anterior del paciente será determinante para que yo vea y defina si vamos a montar o no los segundos molares.
Pero si tenemos un paciente con mordida abierta o tendencia a la mordida abierta, no sería una buena opción para montar los segundos molares. Una correcta oclusión de los segundos molares en un paciente con tendencia a la mordida abierta, no está indicado montar los segundos molares superiores.
Si presenta mordida abierta y la planificación es una intrusión posterior, de alguna manera es necesario montar este segundo molar, aunque sea de forma pasiva o compensada, sin crear un gran escalón de crestas marginales.
Y si quieres tener acceso a los mejores contenidos de Ortodoncia en una plataforma en línea, con cursos de los mejores profesores del mundo, TOCA AQUÍ y conozca la Excellence Dental Academy